Cualquier excusa es buena para recordar a DJUNA BARNES, la enigmática autora de El bosque de la noche, y habérmela topado mientras paseaba por las salas del Brooklyn Museum una alegría. Nueva York es una ciudad que siempre depara sorpresas y este verano se diría que estaba más femenina que nunca. Siempre proteica en lo que al contenido de sus museos y galerías se refiere, esta vez rozaba el espejismo. En el MOMA se exhibían rotundas y rabiosamente intensas las fotografías de CINDY SHERMAN, y en el Guggenheim de la Quinta Avenida, construido por Frank Lloyd Wright, se podían ver las evanescentes y poéticas instantáneas de la eternamente joven FRANCESCA WOODMAN. Si a todo ello sumamos el pequeño homenaje que a apenas unas calles, en la entrañable New York Society Library, se brindaba a EDITH WHARTON, había que dar gracias al azar del calendario. ¡Podremos decir que Nueva York fue mujer durante el verano del 2012!
El suplemento Cultura/s de La Vanguardia ha publicado mi artículo sobre la muestra de Barnes, que es en realidad un pequeño brindis a su memoria.