"Esta pasión lo había absorbido por entero, apenas comía, ya no dormía, pero soñaba noches y días enteros con su idea fija: los libros."
GUSTAVE FLAUBERT, Bibliomanía

martes, 1 de febrero de 2011

44. FUMADORES DESAPRENSIVOS

Yo, que creo que cultivar algunos vicios como la afición al buen vino es un ejercicio más que saludable, soy una feroz detractora del tabaquismo. El sentido común me empuja a pensar que inhalar humo gris no puede ser bueno, de ahí que me aleje de los tubos de escape y no tenga la costumbre de amorrarme a ellos. Para mí los fumadores son unos simples, unos pobres adictos a la estulticia general y a la falta de personalidad. Vieron a alguno de sus ídolos encender un cigarrillo en alguna película ya mítica y allí se han quedado anclados, haciendo gala de su poco carácter. ¿Acaso médicos, juristas, informáticos y taxistas se lanzan al vacío cuando ven a Spiderman hacerlo? Para nada. En cambio fuman como cosacos del alba a la madrugada, sin saber por qué ni para qué, presas de la más triste de las ignorancias y del contagio. Los fumadores son los mismos que se ponen a una cola donde no saben qué se reparte: unos patéticos. Que ahora la ley esté a favor de la inteligencia me llena de satisfacción, y saber que puedo irme a tomar una copa sin llegar a casa apestando, no saben cómo me alegra.
AGITADORAS ha publicado mi opinión sobre el asunto (y ya van seis entradas de "PIENSO, LUEGO RESISTO"):

[La dama de la foto es, como no, la gran Marlene.]