Me gusta Barcelona y no quiero que sea una ciudad de primera línea (al estilo de las grandes capitales como París o NY), vano y absurdo deseo dada su modesta dimensión, sino una ciudad habitable y rica en estímulos y experiencias; en definitiva, quiero una Barcelona donde la cultura arraigue en tierra fértil y crezca fuerte y saludable.
Por eso he publicado dos artículos sobre la Barcelona cultural que no es casualidad que acaben igual, aludiendo a unos pies de barro sobre los que no vamos a sustentar nada que valga la pena ser sustentado.
En LA VANGUARDIA ha aparecido La Barcelona cultural del futuro (16/3/2016), donde hablo de una ciudad culturalmente encogida que los nuevos aires políticos tienen la obligación de ensanchar, aunque hasta la fecha no se hayan dignado ni a mentar esa horrible lacra que parecen no querer ver: la infrerrepresentación de las mujeres en ese paisaje que es la cultura.
Y en HÄNSEL I GRETEL, nueva revista digital, ha visto la luz otro artículo titulado ¿De qué adolece la Barcelona cultural? que puede leerse completo aquí.