Ya estamos en 2016 y seguimos igual que siempre, es decir, con una cara infrarrepresentación femenina en todos y cada uno de los ámbitos de la cultura, incluido el literario. Donde antes teníamos a Emilia Pardo Bazán (en la foto) y a un par de escritoras más, ahora tenemos un número claramente mayor, pero en una proporción infinitamente menor a la que correspondería. Y es que España sigue siendo un país machista hasta la médula, aunque nadie quiera darse por enterado...
Las causas son muchas y variadas, y como digo para muchos invisibles, pero tiene buena culpa la repartición desigual de los premios y la tendencia testosterónica de otros mecanismos de promoción, como por ejemplo las listas de los mejores libros del año con que revistas y suplementos ratifican qué vale la pena leer y qué no. Y es que a estas alturas tan sólo Babelia, suplemento cultural de El País, se ha atrevido con un jurado paritario para su confección. ¿Adivináis qué ha sucedido? Pues que han salido elegidos un montón de libros salidos de pluma de mujer.
Sobre eso escribo en Por un ecosistema literarario paritario, en el blog Mujeres de El País Digital.