"[...] Flora
Pizarnik Bromiquer, como se llamaba en realidad, se aficionó a la lectura muy
temprano. Lectora voraz, no tardó en querer escribir y ya a los quince años la
hallamos entretenida con sus primeros versos, que componía siempre de noche y
de espaldas a la familia. También fumaba como una descosida y fue en esa época,
aún adolescente, cuando se aficionó a las anfetaminas, que en un principio
tomaba para adelgazar. Insomne, abusaba también
de los somníferos y vivía como un topo, huyendo de la luz del día y hoy
en día diríamos que como uno de esos hikikomoris, jóvenes japoneses que no
salen del reducido ámbito de su habitación enganchados a las nuevas tecnologías,
aunque en el caso de Alejandra sin ni siquiera Internet."
(Emisión: 3/04/2014; minuto 24)
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