El actual estado de alarma suscita serias preocupaciones: una de ellas es el borreguismo de la población española -que acata y calla-; la otra, la constatación de que nos gobiernan desde un patriarcado obsoleto e irresponsable. El resultado es un cúmulo de atentados a la democracia y al sentido común: ministros que no son del ramo que les toca (incluido el de sanidad), decisiones erráticas, mentiras, contradicciones... Y va y casualmente los países capitaneados por mujeres lo hacen mejor: usan la transparencia, la lógica, la inteligencia.
Sobre eso he escrito Que ens governin les dones en el diario ARA.