Si no lo saben se lo voy a contar: la cultura es la guinda del pastel que el patriarcado no quiere repartir y que se resiste tanto a repartir que algún día agonizará con los dedos aún llenos de nata pringosa.
Hace tiempo que desde el feminismo venimos denunciando que los órganos públicos que nos gobiernan en materia cultural no están haciendo bien su trabajo y que los dineros públicos no pueden tener como destinatarios a los hombres en un 85, 80 o 75% y a las mujeres en un 15, 20 i 25%, si es que llegamos. Y que eso tampoco debiera suceder en el ámbito de lo privado, pues la cultura es compartida o no es cultura sino discriminación cultural.
Por eso he publicado en el diario ARA Dones sense cultura, cultura sense dones.