Como ya son unos cuentos añitos practicando el periodismo cultural, me he permitido hacer un balance de cómo están las cosas en lo que se refiere a la voz de las mujeres. Lamentablemente no hay demasiadas razones para el optimismo, pues algo hemos mejorado pero no lo bastante: parece que ese bastión del periodismo también se resiste.
Por eso he titulado mi artículo, publicado en el diario ARA, El periodisme cultural és cosa d'homes.