"Discúlpenme el trabalenguas que viene a continuación: en los tiempos que
corren, más cerca debiera estar una mujer progresista (de izquierdas) de una
mujer conservadora (de derechas) que un hombre de izquierdas de una mujer de
izquierdas y una mujer de derechas de un hombre de derechas. Bastaría para ello
con abrir los ojos y no creer lo que torticeramente nos cuentan, no acatar las
engañosas cifras patrias que nos venden y sacar las cuentas con la calculadora
propia, la que no engaña: ninguna mujer presidenta del gobierno (aún),
escasísimas en los puestos de poder, muchas cobrando menos en cargos idénticos a
los de ellos, demasiadas forzadamente en el paro por su mera marca de género y
obligadas las más a no progresar a causa de la incapacidad de sus compañeros de
asumir las cargas y obligaciones familiares… Por no hablar del desprecio a la
condición femenina y, cómo no, de la nueva ley del aborto."
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