
"Qué bonita costumbre esa de acortar los
nombres largos, pues nuestra Pina Bausch se llamaba el realidad
Philippine/Philippina, un nombre a decir verdad muy poco artístico, sobre todo
si tenemos en cuenta que estaba llamada a convertirse en uno de los genios de
la danza moderna. Quienes tuvieron la oportunidad de ver en directo alguno de
sus espectáculos salieron inquietos pero gratamente impresionados; quienes los
hemos visto grabados, también. Y otro tanto sucede con quienes hemos podido
disfrutar del documental con que la homenajeó su amigo el director alemán Wim
Wenders, titulado sencillamente Pina (2011): un canto a la danza como
vocación y a la creatividad como camino de ruptura y libertad."