Yo comparo esta autora con Salinger, que un día decidió callar -o sea dejar de publicar-. La diferencia es que él lo hizo acosado por el éxito y ella, por el contrario, víctima de la polémica causada por la aparición de su novela, que no sentó nada bien a la sociedad bienpensante de su tiempo, que como es natural quería a las mujeres con la pata quebrada y en casa, y no volando por ahí con sus recién estrenadas alas.
La he reseñado para el diario ARA. Leer aquí.