No es fácil triunfar siendo mujer, pero mucho más difícil es conciliar el triunfo con la vida personal. Ya saben, aquello de que una mujer ambiciosa es un horror y de que un hombre ambicioso es una maravilla... Aquello de ganar más dinero que el marido y que a él no le haga ninguna gracia... En fin, aquello de ser mujer, esforzarse, llegar alto y saber que te espera el fracaso personal si eres una mujer heterosexual que espera que su éxito sea valorado en casa por un señor que no ha triunfado ni la mitad que tú.
El preu de l'éxit es el artículo que he publicado en el diario ARA sobre este espinoso asunto del que se habla poco y a veces mal, quizás porque a nadie le importa que las mujeres sigan pagando peajes que no deberían pagar, no vaya a ser que empiecen a ser felices a pesar del éxito.