Cada vez que veo una foto como esta me echo las manos a la cabeza... ¿Cómo puede ser que en pleno siglo XXI haya tipos a los que les parezca normal participar en debates en los que no hay o casi no hay mujeres? ¿No se dan cuenta de que es una anomalía, una rémora de un pasado que sería mejor ni recordar?
Resulta más grave aún cuando esos tipos se dedican al periodismo cultural -es decir, a contarnos a los demás cuál es la cultura que vale la pena leer, ver, escuchar-.
Sobre eso he escrito un artículo titulado
#NoSenseDones publicado en la revista NÚVOL. Sinceramente, al estilo Tardà, algú ho havia de dir.