Está a punto de acabarse la exposición de la norteamericana GEORGIA O'KEEFFE que estos meses ha podido verse en la Tate Modern de Londres y que tuve la oportunidad de visitar el otro día. Una antológica exhaustiva que muestra cada una de sus etapas y estrena este tiempo nuevo en que su directora, Frances Morris, está dispuesta a hacer lo imposible para que las mujeres estén mejor representadas.
Sobre la muestra he escrito para M-arte y cultura visual, la revista de MAV, La figuración abstracta de Georgia O'Keeffe:
"[...] De Georgia O’Keeffe, educada artísticamente en Chicago y después en la Universidad de Columbia, se cumple ahora un siglo de su primera exposición, que data de 1916, una excusa estupenda para recordarla en toda su amplitud. Ya en los años 20 O’Keeffe ejecutaba cuadros poderosos, como esa maravilla formal y cromática, a caballo entre la figuración y la abstracción, que es 'Grey Lines with Black and Yellow' (1923) [en la foto], que Judy Chicago y Schapiro convirtieron en un sexo abierto y en una lectura de la sexualidad femenina. Quién sabe qué verán en él los que compren el imán de nevera que lo reproduce y venden en la tienda del museo. La magia de la representación convertida en sugestión se halla también en pequeñas piezas como 'Two figs', del mismo año, donde nos negamos a ver tan sólo un modesto bodegón [...]".