En estas fechas puede verse en el Museu del Modernisme Català una exposición dedicada a la pintora LLUÏSA VIDAL, una barcelonesa que puede decirse que fue la primera pintora catalana profesionalizada del siglo XX. Inscrita en el movimiento modernista y tras estudiar en París, murió de una triste gripe española prematuramente, pero antes tuvo tiempo de exponer y de vender sus obras, algunas de las cuales se quisieron hacer pasar por creaciones del mismísimo Casas.
Al libro que CONSOL OLTRA ha escrito sobre ella dedico Lluïsa Vidal: la Berthe Morisot del Modernismo, mi último artículo publicado en M-arte y cultura visual, la revista de MAV.
"Junto a ella, otras blandieron sus pinceles: Visitació Ubach, Antònia Farreras, Emília Coranty, Elvira Malagarriga, las hermanas Tomàs Salvany… (casi siempre pertenecientes a la burguesía). Pero sólo ella lo hizo profesionalmente con la suficiente intensidad como para ser considerada hoy la pintora del modernismo catalán. Mientras Vidal se dedicaba sobre todo al retrato y a la llamada pintura de género (escenas de vida cotidiana donde las mujeres arreglan la casa, tocan el piano…), le siguió a la zaga su amiga Pepita Teixidor, especializada en pintura floral, cuyo busto en mármol podemos contemplar en el parque barcelonés de la Ciudadela. No me consta, sin embargo, que a Vidal se le haya dedicado ninguna escultura [...]".