"Esa chica sureña, oriunda de Carolina del
Norte, con acento y modales sureños, hija de un humilde granjero dedicado al
cultivo de tabaco (de esos con camisa de cuadros y pantalón de peto) me cae
bien; mejor dicho, me cae estupendamente. No sólo fue una de las mujeres más
espléndidas del cine de los cuarenta y los cincuenta (curvas perfectas, boca
escarlata y un hoyuelo mágico en la barbilla), sino que además gozaba de un
imbatible sentido del humor que la hacía reírse de casi todo. También adoraba
el flamenco y bebía como la espuma, afirmando que aguantaba bien las bebidas
fuertes a causa de su ascendencia irlandesa. Noctambula irredenta, fue una
enamorada de la vida y, por qué no decirlo, de unos cuantos caballeros –muchos-
con los que confesó gozar enormemente de las delicias del sexo."