Pocas bellezas ha habido como la de GRETA GARBO y pocos rostros más hieráticos que el suyo, aunque tremendamente atractivo. De esa actriz nórdica instalada en los USA hablamos en nuestra sección de "Wonderland" (Emisión: 24/4/2014; minuto 20). "Llamada en realidad Greta Lovisa Gustafsson,
jamás se le ocurrió pensar en dedicarse al cine. Había nacido en un barrio
humilde de Estocolmo, hija de una costurera y de un barrendero municipal.
Cuando su padre murió de tuberculosis, siendo ella adolescente, Greta se vio
obligada a abandonar el colegio y a entrar a trabajar en una barbería, donde se
dedicaba a cultivar el arte de enjabonar hirsutas barbillas. Después se colocó como
dependienta en la sombrerería de unos grandes almacenes y, una vez allí, su
belleza la llevó a protagonizar campañas publicitarias. La publicidad la llevó
a su vez a estudiar con una beca en la escuela de arte dramático, aunque no
pudo ni sacarse el título porque antes, tras una película muda rodada en su
tierra natal, Hollywood la reclamó."
Cada día que pasa aumentan las mujeres de todas las edades que, en un rincón u otro del planeta, emplean las redes sociales como medio de comunicación. Y aumentando en número las usuarias de Facebook, Twitter y demás, crece la sensación de que las mujeres los consideran vehículos capaces de darles voz, la voz que fuera de esas redes en muchas ocasiones se les niega. Claro que...
Nuestra "Wonderwomen" de esta semana es la gran voz de MARIA CALLAS, una diva que parecía destinada a la infelicidad, a pesar de haber vivido un intenso amor con el millonario griego Aristóteles Onassis y de haber triunfado en los mejores teatros de ópera del mundo, de la Fenice de Milán al Covent Garden de Londres. "Nacida en Nueva York en 1923 de familia
griega, su padre era farmacéutico y se había trasladado a América para
prosperar. Teniendo la familia de la madre afición por la ópera, a la pequeña,
bautizada como Ana María Cecilia Sofía
Kalogeropoúlou (el padre se cambiaría el apellido por Callas), tardaron poco en
descubrirle aptitudes musicales, y desde los diez años su existencia se redujo
a clases y más clases destinadas a educar la gran voz que poseía. La suya fue
una infancia desgraciada, sin juegos y corta de cariño. Como el crack del 29
les pilló de pleno, se hizo aún más necesario explotar las dotes de la niña y
rentabilizarlas, de ahí que sintiera siempre por su madre, Evangelia, un
rechazo que las distanciaría de por vida."
Pocas novelas han sido, como Nada, capaces de insuflar aire nuevo a la literatura española, que por aquel entonces, en los tenebrosos años cuarenta de la posguerra, tanto lo necesitaba. Cuando se abrió la plica del Premio Nadal con que fue galardonada, la sorpresa fue que la autora era una jovencita de 23 años, una barcelonesa criada en Canarias y que estaba destinada a pasar la mayor parte de su vida en Madrid. Se llamaba CARMEN LAFORET (1921-2004) y esa su primera novela iba a seguir siendo leída por generaciones de lectores y lectoras, entre los que por supuesto me encuentro. Laforet no gozó de una vida alegre, teniendo como tuvo una tendencia a ensimismarse en sus vericuetos interiores, pero ha quedado como una de las escritores más personales de nuestra literatura sobre todo por su novela temprana, donde retrató la Barcelona oscura que por cierto también Lidia Falcón radiografió excelentemente en sus memorias de infancia.
Nuestra wonderwomen de esta semana es la poeta argentina ALEJANDRA PIZARNIK, gran poeta y poeta suicida que nos dejó tempranamente a los treinta y seis años.
Este lunes, 7 de abril, participaré en la lectura de poemas que bajo el título "PLUJA DE POEMES" tendrá lugar en la Sala de Reuniones de la CASA DE MENORCA de Barcelona (c/ Diputación 215, pral). Será a las 19 horas.
Si todavía no lo habéis hecho tenéis tiempo, pues hasta el 13 de julio podrá verse en La Pedrera la exposición antológica de COLITA que Barcelona nos regala esta primavera. Vale la pena que os acerquéis a este edificio gaudiano para conocer a la Colita social, a la Colita descarada, a la Colita combativa, a la Colita comprometida, a la Colita amante del flamenco... A esa Colita que lleva ya cinco décadas detrás del objetivo y a la que sobre todo conocemos por ser una de las emblemáticas fotógrafas de la Gauche divine: "[...] Y es que son ellos, los fotógrafos, quienes inmortalizaron el espíritu lúdico-intelectual que en esos años sobrevoló la Barcelona de Tuset Street y de Bocaccio, y las ramificaciones que esta tuvo en Cadaqués, el Bajo Ampurdán, Sitges o Calafell. Sin ellos quedarían libros, algunos discos y cierta secreta filmografía, pero no el testimonio de esos rostros alegres y desobedientes que pertenecen a una generación culturalmente transversal que reunió a diseñadores, cantantes, arquitectos, escritores, editores, modelos, cineastas y algunas aves exóticas más. A García Márquez Colita lo retrató con un ejemplar de Cien años de soledad sobre la cabeza, al arrauxat pintor Joan Ponç, miembro de Dau al Set, vestido de arlequín y sentado en un rellano de escalera. ¿Quién da más? [...]".
Internet ha llenado los hogares de expertos en casi todo, o cuanto menos de valientes opinadores dispuestos a usar la Red para recomendar o dejar de recomendar cosas de las que jamás se supo que tuvieran conocimiento alguno. Y como además nuestro ritmo ha cambiado y ahora ansiamos devorar información, de la calidad que sea, a velocidad supersónica, nos lo tragamos todo. "[...] Con este panorama, ¿dónde está el espacio para el prescriptor, la
prescriptora, los prescriptores, que antaño servían para orientarnos en la selva
del saber? Esos seres que dedicaron sus esfuerzos a formarse en especialidades
como el arte, la literatura, el cine o cualquier otro campo para poder guiarnos
por frondosas arborescencias, donde tan fácil resulta extraviarse, ¿qué papel
juegan en este nuevo horizonte donde todos opinan y donde parece que sirve toda
opinión? Críticos literarios, como quien esto escribe, acostumbrados a
recomendar lecturas; críticos teatrales dedicados a diseccionar puestas en
escena; críticos de arte que nos ayudan a circular por las exposiciones que
nuestra ciudad nos brinda… ¿tienen sitio ahí donde cualquiera puede arrogarse el
papel de prescriptor como quien viste el día de carnaval una bata blanca de
doctor? [...].